miércoles, 30 de mayo de 2007

El vapor Yavarí: navegación en el Lago Titicaca del Perú


La extraordinaria vida de un vapor victoriano en el lago más alto del mundo en los Andes peruanos la puede usted recrear si se anima a tomar un crucero a bordo del Yavarí para un recorrido por el lago. El vapor Yavarí es la nave de hierro mono propulsada más antigua en el mundo actualmente en funcionamiento. Surca las aguas del Lago Titicaca a 3,810 metros sobre el nivel del mar, en la frontera entre Perú y Bolivia. La llegada hasta su punto final de destino y su puesta en operación constituye una verdadera hazaña en la que el hombre, venciendo a la naturaleza, escribe una historia épica que no deja de asombrarnos el día de hoy.
La saga del vaporcito empieza el año 1860 cuando el Perú, ante el peligro de una confrontación armada con el vecino país altiplánico, Bolivia, ve la necesidad de contar con una nave en el Lago Titicaca. La guerra no se concretó, pero el presidente peruano, don Ramón Castilla, apreció la riqueza potencial del Altiplano y los bosques húmedos aledaños, en cuanto a recursos naturales: cobre, plata, minerales y lana, así como madera, café, cacao y coca, los cuales podían ser transportados por barco hasta la costa para de ahí ser embarcados con destino a los mercados de Europa. Así, en 1861, Castilla ordenó la compra de un vapor de 300 toneladas para el Lago Titicaca. Debía ser construida por partes para, una vez en suelo peruano, ser transportadas por mula, único medio de transporte para llegar al Lago Titicaca. Pronto se vio que una embarcación de 300 toneladas era demasiado grande para ser transportada por partes, por lo que se modificó la orden para adquirir dos cañoneras más pequeñas de 140 toneladas cada una. La construcción se encargó a la Fundición James Watt en Birmingham, Inglaterra, la cual subcontrató la construcción de los cascos de fierro a la Thames Ironworks and Shipbuilding Co. La Yavarí y su nave Hermana, la Yapurá, fueron construidas de acuerdo con la última tecnología de la época. Cada pieza y cada parte fueron enumeradas e inventariadas. Y aquí empieza la verdadera saga de nuestro vaporcito y su gemela, pues una vez terminada cada nave, se desensambló y se empacó en cajas de embalaje para ser embarcadas con destino al puerto de Arica, Perú, en donde, en setiembre de 1863 fueron puestas en el ferrocarril que las llevaría a la ciudad de Tacna. Allí las piezas fueron desembaladas y organizadas según el orden del posterior reensamblaje, y de acuerdo al peso que cada mula podría transportar. Se calculó que en 6 meses se completaría el transporte de las piezas a través de la Cordillera de los Andes, pero en la realidad, por múltiples razones, entre ellas la inestable situación política del joven país, y la Guerra con España que intentaba reconquistar sus dominios en esta parte de América, se paralizó el transporte y reensamblaje. Finalmente, 7 años más tarde, el 25 de diciembre de 1870, la Yavarí fue botada al agua en el Lago Titicaca. Después de casi un siglo de servicio, en 1972, la Yavarí, en posesión entonces de la Marina de Guerra del Perú, fue desmantelada y relegada a pontón donde cumplían sus arrestos los marineros de la base naval de Puno. La gestora y propulsora de la proeza de revivir esta legendaria nave es Meriel Larken, tataranieta de Sir Alfred Yarrow, constructor naval fundador de los astilleros Yarrow de Gran Bretaña. El año 1983 ella la descubrió acoderada en una esquina del puerto de Puno, muriendo lentamente por abandono y olvido. Aunque en realidad no se trataba de una nave de Yarrows, como en un principio pensó, se sintió seducida por la antigua dama de hierro. Su afán por rescatarla la llevaron a concebir el proyecto de restauración, muy viable, dado el valor histórico de la nave y su potencial para atraer ingresos procedentes del turismo para una de Las regiones más pobres del Perú. En 1987 se fundó en el Reino Unido The Yavari Project, y en el Perú se constituyó la Asociación Yavarí, lo cual permitió que el 17 de febrero del mismo año se comprara la Yavarí a la Marina de Guerra del Perú. A partir de 1989 se iniciaron los trabajos de restauración, después que el Estudio de Condición hecho por Lloyds determinaran que el casco de hierro se encontraba en excelentes condiciones. En 1998 la Yavarí fue oficialmente abierta al público. Actualmente, la Yavarí recibe un promedio de 12,000 visitantes al año, desde escolares locales hasta turistas procedentes de 50 países diferentes.

2 comentarios:

Jorge Letelier dijo...

Un ejemplo mas de la necesidad de cuidar la historia de nuestros pueblos, cuantos esfuerzos se tuvieron que hacer para llevar la nave Yavari al Titicaca.
Felicitaciones

Unknown dijo...

Para variar...se le escapo a la Marina la gran oportunidad, gracias a la miopía y poco seso de su Comando, al no contemplar la restauración de tan valiosa nave y, perder los ingresos que como buque-museo hubiese generado.Pero, en fin, lo importante es que ella esta viva y gozando de la admiración de los miles que anualmente le visitan. Bien por ella!.