martes, 7 de agosto de 2007

Historia marítima de una guerra

Por: José Cavani Ríos

Hace 127 años se inició una de las más importantes conflagraciones de la segunda mitad del siglo XIX –la guerra entre la alianza peruana-boliviana y la República de Chile. Este episodio de nuestra historia siempre tendrá marcada importancia para los peruanos, por cuanto la trayectoria del conflicto armado y sus consecuencias guardan ene l fondo varias enseñanzas para el presente y envían un mensaje para el futuro.

En ese sentido, redescubrir los hechos con exactitud, presentar vívidamente los personajes y plantear una crítica objetiva a la denominada Guerra del Pacífico siempre resultan necesarios para entenderla en su real magnitud. Esto es lo que ha realizado con destreza el contralmirante Melitón Carvajal Pareja en su nuevo libro Historia Marítima del Perú: La República 1879 a 1883 (tomo XI, volumen 2).

Definitivamente el corazón de este texto se encuentra en los hechos que rodean al Combate de Angamos del 8 de octubre de 1879, que descubre a uno de los raros ejemplos de personajes que ganan la admiración y el respeto de ambos bandos: el almirante Miguel Grau, cuya muerte marca el fin de la disputa por el control del mar.

En efecto, el contralmirante Carvajal, nos recuerda que, desde el inicio de la guerra la estrategia chilena era la invasión del Perú por tierra, pero las persecuciones del Huáscar y la victoria de Miguel Grau en Iquique estorbaron magistralmente estos planes, lo que causó un dilema en la estabilidad interna de Chile.

Entonces Chile se dio cuenta de que el plan de desplazarse en el terreno con tranquilidad, solo lo conseguiría si rompía aquella “muralla movible” en que se había convertido el monitor Huáscar. Asimismo, el autor de este nuevo número de la saga de la Historia Marítima del Perú descubre un acta del Consejo de Ministros chileno del 10 de junio de 1879, que prácticamente decide el futuro de los aliados: dejar a Bolivia “sin salida alguna para el Pacífico” y apoderarse de Arica y encerrar para siempre a los bolivianos, “con un candado cuya combinación solo conocería Chile”, a decir del autor.

Esto le permite al contralmirante Carvajal desterrar la idea de que “la guerra era únicamente un problema de guano y salitre”. Por ello, la segunda etapa de la campaña naval de la Guerra del Pacífico, con sus cinco expediciones expuestas en este libro, descubre el marcado contraste entre un país militarmente disminuido como el Perú, con la única opción del heroísmo y un rival conscientemente armado para la guerra.



(Publicado en diario El Peruano del 17 de mayo del 2006)

Libro Blanco de la Defensa Nacional del Perú, 2005

Un Libro Blanco en el contexto actual, es un documento que explicita la política de seguridad y defensa de un estado. En el se pone de manifiesto ante el mundo, la voluntad de transparencia -de ahí el nombre- y de compromiso para la convivencia pacifica. En América, a partir de la primera reunión de ministros de defensa del continente, se han publicado los Libros de Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, Guatemala y Nicaragua, en el que todos expresan su voluntad de asegurar la paz y la seguridad del continente, así como la no existencia de una intención expansionista ni agresiva. De tal manera que, el Libro Blanco constituye pues un instrumento de las medidas de fomento de la confianza entre los estados, dando a conocer los objetivos y políticas de seguridad y defensa de cada uno de estos países.
Ahora, con el Libro Blanco del Perú, publicado por el Ministerio de Defensa y presentado el 14 de abril del 2005, el Perú se suma a estos estados de la región, y en este espíritu de apertura, solo habría quedado un margen muy estrecho de información reservada no divulgada, correspondiente a la parte del estricto secreto militar. Por lo demás, el acceso al libro no esta limitado por los mil ejemplares de tiraje de la edición, sino que esta a disposición en las páginas de Internet. Al concluirse el Libro Blanco, quedó el entendido de que sería actualizado de acuerdo a los requerimientos, por lo que se espera que en el futuro próximo pueda aparecer una nueva versión.

El libro consta de nueve capítulos, de los cuales, Política de Estado para la Seguridad y Defensa Nacional, constituye la parte medular. Allí se establece que el Perú tiene como política de estado el estricto respeto al derecho internacional, la igualdad jurídica y soberana de los estados, el principio de la no injerencia y la no intervención en los asuntos internos de otros estados; la libre determinación de los pueblos, el fiel cumplimiento de los tratados y la solución pacifica de conflictos. Al mismo tiempo, reafirma el ejercicio de su soberanía e independencia, su existencia y la integridad de su territorio y de su patrimonio, así como la consecución de sus objetivos actuando con plena autonomía frente a cualquier amenaza, riesgo o desafío. A este respecto, expone los lineamientos generales a seguir para hacer frente a los obstáculos y desafíos que surgieran contra la seguridad y los intereses del Estado, tanto en el ámbito externo como interno. Es interesante observar que, entre las posibles amenazas en el plano externo, reconoce “las que podrían surgir de crisis en función de escasez de recursos naturales de valor estratégico, tales como recursos vitales, lo que nos lleva a suponer que se estaría previniendo, por ejemplo, la protección de las fuentes de agua de la Amazonia, hoy consideradas como las principales reservas de agua del planeta. Asimismo, identifica explícitamente como una amenaza interna la depredación del medio ambiente.

En el Libro Blanco del Perú, se manifiesta el interés por involucrar a la sociedad civil en el tema de la seguridad nacional. Dentro de las 31 políticas de estado, la novena, sobre seguridad nacional, desarrolla el compromiso de la sociedad en su conjunto, al lado de los organismos del Estado, para afrontar las amenazas contra la paz, la seguridad o el bienestar general. Enuncia los objetivos de la defensa nacional: Mantenimiento de la independencia, soberanía, integridad territorial y defensa de los intereses nacionales; fortalecimiento del sistema político democrático; condiciones económico estratégicas que aseguren la paz, integración y prosperidad; y menciona el desarrollo de una flota mercante nacional - -que hoy no existe-; fortalecimiento de la conciencia e identidad nacional, protección y promoción de los intereses nacionales en el ámbito internacional, con medidas tales como organizar las colonias peruanas en los países extranjeros, afianzar su identidad y orientarlas en provecho de los intereses nacionales; fomentar la confianza mutua con los estados vecinos; establecer las fronteras marítimas.

Otras medidas que se plantean dentro de estas políticas, se propone reestructurar el Sector Defensa con el fin de disponer de FF.AA. modernas y eficientes; el fortalecimiento de las relaciones civiles militares y el fomento de la participación activa de la sociedad civil en el logro de los objetivos de seguridad y defensa.
Con la publicación del Libro Blanco, el Perú da un significativo paso de apertura hacia la transparencia y confianza en las relaciones con los estados vecinos. Este sinceramiento alcanza también a la sociedad civil, a la que por primera vez hace participe de las políticas de seguridad y defensa nacionales. Esta intención se vio manifiesta desde que el primer borrador el libro fue materia de consulta con la ciudadanía, vía las páginas de Internet. Y es que el tema de la seguridad y defensa son de interés común nacional, por lo que se infiere que la ciudadanía es el interlocutor natural de las fuerzas armadas para plantear sus políticas enmarcados dentro de los objetivos nacionales.