sábado, 30 de agosto de 2008

Alicia Castañeda Martos

Alicia Castañeda Martos nació en Piura el 19 de junio de 1953, en el seno del hogar formado por don Quintiliano Castañeda y doña Alicia Martos.
Desde temprana edad radicó en Lima. Realizó sus estudios de primaria y secundaria en el Colegio San José de Cluny. En 1970 ingresó a la Pontificia Universidad Católica del Perú para seguir estudios en la Facultad de Letras; allí muy pronto definió su vocación por la historia, a la sombra protectora de insignes maestros como el doctor José Agustín de la Puente, el R.P. Armando Nieto Vélez, José Antonio del Busto y Franklin Pease, de quienes fue alumna dilecta. Fue precisamente el Padre Nieto quien la condujo a la que sería desde entonces su casa, el Instituto de Estudios Histórico Marítimos del Perú. Corría el año 1976 y la joven historiadora recibió su primer encargo de investigación en el Archivo Histórico de la Dirección General de Transporte Acuático y ENAPU S.A., el cual devino muy pronto en una tarea que la llevó por un camino que no había previsto, la organización del archivo, pues el material documental que debía investigar era por el momento un maremágnum de papeles amontonados en un almacén que era casi un galpón. Afrontó el reto con coraje, creando su método de archivo en el proceso y rescatando una valiosa información sobre los puertos del Perú.

El gusto por el trabajo archivístico lo extendió también a catalogar sistemáticamente la documentación del Archivo Histórico de Marina; pacientemente, a lo largo de casi diez años, de 1976 a 1984, convirtió el repositorio de Marina en uno de los mejor ordenados y asequibles para la investigación.

Su familiaridad con la documentación de Marina le dieron un profundo conocimiento de los personajes, buques y situaciones navales, y ella era la fuente de consulta obligada para todo aquel que emprendiera un trabajo de investigación naval, y por lo demás se encontraba siempre en ella una generosa y desinteresada ayuda.

Era miembro de número del Instituto de Estudios Histórico Marítimos del Perú y formaba parte de su Consejo directivo.

Ha colaborado con los diferentes autores en la investigación de la Historia Marítima del Perú; fue consultora y correctora de los tomos viii, ix, x, xi, xii y xiii, y autora de los índices de toda la colección. Sus publicaciones: La fragata Amazonas y su viaje alrededor del mundo, en coautoría con Jorge Ortiz Sotelo (1987); El viaje de los monitores Manco Cápac y Atahualpa desde el Atlántico al Pacífico: 1868-1870 (1993); Diccionario biográfico marítimo peruano, en coautoría con jorge Ortiz Sotelo (1994); Reseñas biográficas de oficiales de marina (1999); Diccionario biográfico marítimo peruano, en coautoría con Jorge Ortiz Sotelo (2007).

Falleció trágicamente el 23 de diciembre del 2007. Su desaparición constituye una gran pérdida para la historiografía marítima peruana.

jueves, 15 de mayo de 2008

¿Desaparece nuestro mar de sargazo?

Como todos los capitalinos, yo también salí en busca del mar en Semana Santa. El periplo fue por San Juan de Marcona, La Libertad, Lomas, en Nasca y norte de Arequipa. Por caminos de encalaminado discurrimos a lo largo del litoral, con el océano ante nuestros ojos, repasando cada uno de los acantilados, rocas y caletas. Una campanilla de alarma nos arranca de la bucólica contemplación: sábanas castañas de algas secando sobre las arenas de las playas, mientras en silencioso e incansable trabajo de hormiga cuadrillas de hombres recogen el verde sargazo de las rocas; más allá, desde un bote, otros cortan, podan, arrancan.
Hace más de seis años, invierno o verano, las playas del sur ofrecen el mismo espectáculo. Preguntamos, inquirimos,... nadie sabe quién es el destinatario; en el imaginario popular se fabula que son chilenos o japoneses; pero sí pagan cuatrocientos soles por tonelada; los intermediarios compran para a su vez venderlo en alguna de las tres plantas procesadoras establecidas a la entrada de Nasca, cerca al aeropuerto, donde es procesado (molido) y empacado.
No se necesita ser zahorí ni científico para saber que el sargazo es un recurso susceptible de extinción, cuya existencia es necesaria para los seres vivientes que se albergan en esa pradera de algas: peces que desovan, moluscos, pulpos, cuyo habitat podría encontrarse en serio peligro.
El mar peruano es uno de los más ricos del mundo en recursos renovables; debido a la temperatura de sus aguas, a las corrientes marinas, a los afloramientos de nutrientes, genera una gran variedad de productos hidrobiológicos. La vida que alberga está organizada dentro de un delicado y complejo sistema en el que el plancton es la unidad viviente más pequeña, microscópica, de una cadena ecológica en la que ninguno de sus elementos es prescindible. La falla de uno de ellos puede alterar dramáticamente su mundo. Recordemos que la sobrepesca de anchoveta tuvo efectos de tal magnitud que provocaron inclusive la despoblación de las aves guaneras. Por ello, la extracción de cualquiera de sus especies debería obedecer a una política que optimice la explotación de los recursos y las preserve a de una sobreexplotación. En el caso del sargazo, parece que las autoridades competentes no están oficialmente enteradas de estas actividades que, por otra parte, se realizan a vista y paciencia de todo el mundo. Hay una serie de especulaciones sobre el uso al que se destinan, si para alimentos naturistas de los japoneses, o para cosméticos rejuvenecedores, etc., y, bueno, los más necesitados no pueden evitar ‘recursearse’ vendiendo unas cuantas pacas.
¿Qué está pasando en nuestro litoral? Llama la atención que los ecologistas conservacionistas no hayan dado la voz de alerta. En todo caso, habría que conocer la opinión autorizada del Instituto del Mar del Perú (IMARPE).
Publicado en el Diario El Peruano. Jueves 10 de abril de 2008, p. 13.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Más sobre Alicia Castañeda Martos

La Cuesta del madero

Es pronto, demasiado pronto para mencionar lo ocurrido. Hablar de Alicia Castañeda en estas circunstancias, tratar de expresarnos, de escribir algo legible, define una imprudencia total, una actitud temeraria porque los sentimientos en su fragilidad y recurrencia brotan y aniegan cualquier razonamiento, toda reflexión. Pero, ¿es que existe alguna en torno del lo inescrutable, del destino sórdido que cual zarpa en ristre degüella la vida?

El desconcierto y la ofuscación nos cubren a manera de velo tenue y empañan la conciencia y el entendimiento. La fuerza de la vida enfrenta a su contraria, ―la muerte― con una marea de emociones dispersas y demandantes. No se puede, es imposible encontrar un punto de sosiego, un rincón de calma ante tal aturdimiento. Pero tampoco podemos silenciarnos como una roca, o callarnos como una piedra, al decir del poeta Javier Heraud.

Necesitamos hablar, decir algo; si la retratásemos, encontraríamos ante todo su sonrisa, pero, en contraposición seriedad con el compromiso contraído y celeridad en el trabajo, como una impronta de vida. La veríamos siempre atenta a otorgar ayuda y apoyo al ser desvalido; también los animales sabían de su cobijo. ¿Qué será ahora de sus tres gatos y de ―la ovejita―, una perrita lanuda?

En los últimos meses ella concluyó con su labor de hurgar por treinta años en los viejos papeles de la Marina, archivo donde coincidimos por algún tiempo, ―amén del colegio y la universidad―, y con esos documentos escribió los perfiles biográficos de cientos de hombres de mar y su trayectoria por la historia naval. Se encargó de redactar y cuidar que todo lo investigado quedase impreso, publicado en un libro, "Diccionario biográfico marítimo peruano", juntamente con el historiador naval Jorge Ortiz Sotelo, tarea que culminó con una presentación oficial del trabajo.

Viajó los dos últimos meses por su amada Europa, continente al que volvió en repetidas ocasiones y con planificados paseos. Los castillos del valle del Loira fueron su primera meta hacia Francia en 1996. En un periplo documentado mediante internet, nos envió, paso a paso su ruta de encuentros y desencuentros; la descripción de rincones, de lugares, y nos dejó sus impresiones, pero sobre todo la alegría de vivir expresada en cada línea.

Antes de su regreso, fotografió en Escocia un puente medieval donde se dio una trascendente batalla y cierta sutil aparición inclinó la victoria del lado cristiano; Alicia hizo la foto del puente, pero no avistó, por la distancia y las brumas, una Cruz erigida en recuerdo de tal hecho. Creemos que no la vio ―la descubrimos como una revelación en la foto― porque ya estaba dispuesto con secreto insondable, como siempre, que fuese el Señor quien determinase su partida, el ascenso sin retorno por la Cuesta del madero. Nombre éste, premonitorio tal vez, de un vino que tomamos en el último almuerzo, ofrecido tan generosamente en su casa, como ignota y serena despedida.

Flor de Marìa Cosio.
26 de diciembre del 2007.

lunes, 31 de diciembre de 2007

Alicia Castañeda Martos

NANAY NEWS
miércoles 26 de diciembre de 2007
Adios Amiga

Hoy estamos de duelo, por la sensible perdida de nuestra amiga historiadora Alicia Castañeda Martos, una de la principales impulsoras en el estudio histórico de la Selva Peruana como de todo tipo de tema histórico naval, solo hace 15 días publicaría su ultimo trabajo “Diccionario Biográfico Marítimo Peruano”.Para los que la conocimos sabemos que clase de dama maravillosa y de inteligencia y cultura poco comparable. En estos días nada hace ver una luz que pueda ocupar tu lugar. Teniendo la certeza de que te reunirás con tu amado Lucho, nos hace sonreír en medio de toda esta pena.
Publicado por NANAY NEWS SHIPYARD en 8:20 (por Gonzalo Maguiña)

martes, 7 de agosto de 2007

Historia marítima de una guerra

Por: José Cavani Ríos

Hace 127 años se inició una de las más importantes conflagraciones de la segunda mitad del siglo XIX –la guerra entre la alianza peruana-boliviana y la República de Chile. Este episodio de nuestra historia siempre tendrá marcada importancia para los peruanos, por cuanto la trayectoria del conflicto armado y sus consecuencias guardan ene l fondo varias enseñanzas para el presente y envían un mensaje para el futuro.

En ese sentido, redescubrir los hechos con exactitud, presentar vívidamente los personajes y plantear una crítica objetiva a la denominada Guerra del Pacífico siempre resultan necesarios para entenderla en su real magnitud. Esto es lo que ha realizado con destreza el contralmirante Melitón Carvajal Pareja en su nuevo libro Historia Marítima del Perú: La República 1879 a 1883 (tomo XI, volumen 2).

Definitivamente el corazón de este texto se encuentra en los hechos que rodean al Combate de Angamos del 8 de octubre de 1879, que descubre a uno de los raros ejemplos de personajes que ganan la admiración y el respeto de ambos bandos: el almirante Miguel Grau, cuya muerte marca el fin de la disputa por el control del mar.

En efecto, el contralmirante Carvajal, nos recuerda que, desde el inicio de la guerra la estrategia chilena era la invasión del Perú por tierra, pero las persecuciones del Huáscar y la victoria de Miguel Grau en Iquique estorbaron magistralmente estos planes, lo que causó un dilema en la estabilidad interna de Chile.

Entonces Chile se dio cuenta de que el plan de desplazarse en el terreno con tranquilidad, solo lo conseguiría si rompía aquella “muralla movible” en que se había convertido el monitor Huáscar. Asimismo, el autor de este nuevo número de la saga de la Historia Marítima del Perú descubre un acta del Consejo de Ministros chileno del 10 de junio de 1879, que prácticamente decide el futuro de los aliados: dejar a Bolivia “sin salida alguna para el Pacífico” y apoderarse de Arica y encerrar para siempre a los bolivianos, “con un candado cuya combinación solo conocería Chile”, a decir del autor.

Esto le permite al contralmirante Carvajal desterrar la idea de que “la guerra era únicamente un problema de guano y salitre”. Por ello, la segunda etapa de la campaña naval de la Guerra del Pacífico, con sus cinco expediciones expuestas en este libro, descubre el marcado contraste entre un país militarmente disminuido como el Perú, con la única opción del heroísmo y un rival conscientemente armado para la guerra.



(Publicado en diario El Peruano del 17 de mayo del 2006)

Libro Blanco de la Defensa Nacional del Perú, 2005

Un Libro Blanco en el contexto actual, es un documento que explicita la política de seguridad y defensa de un estado. En el se pone de manifiesto ante el mundo, la voluntad de transparencia -de ahí el nombre- y de compromiso para la convivencia pacifica. En América, a partir de la primera reunión de ministros de defensa del continente, se han publicado los Libros de Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, Guatemala y Nicaragua, en el que todos expresan su voluntad de asegurar la paz y la seguridad del continente, así como la no existencia de una intención expansionista ni agresiva. De tal manera que, el Libro Blanco constituye pues un instrumento de las medidas de fomento de la confianza entre los estados, dando a conocer los objetivos y políticas de seguridad y defensa de cada uno de estos países.
Ahora, con el Libro Blanco del Perú, publicado por el Ministerio de Defensa y presentado el 14 de abril del 2005, el Perú se suma a estos estados de la región, y en este espíritu de apertura, solo habría quedado un margen muy estrecho de información reservada no divulgada, correspondiente a la parte del estricto secreto militar. Por lo demás, el acceso al libro no esta limitado por los mil ejemplares de tiraje de la edición, sino que esta a disposición en las páginas de Internet. Al concluirse el Libro Blanco, quedó el entendido de que sería actualizado de acuerdo a los requerimientos, por lo que se espera que en el futuro próximo pueda aparecer una nueva versión.

El libro consta de nueve capítulos, de los cuales, Política de Estado para la Seguridad y Defensa Nacional, constituye la parte medular. Allí se establece que el Perú tiene como política de estado el estricto respeto al derecho internacional, la igualdad jurídica y soberana de los estados, el principio de la no injerencia y la no intervención en los asuntos internos de otros estados; la libre determinación de los pueblos, el fiel cumplimiento de los tratados y la solución pacifica de conflictos. Al mismo tiempo, reafirma el ejercicio de su soberanía e independencia, su existencia y la integridad de su territorio y de su patrimonio, así como la consecución de sus objetivos actuando con plena autonomía frente a cualquier amenaza, riesgo o desafío. A este respecto, expone los lineamientos generales a seguir para hacer frente a los obstáculos y desafíos que surgieran contra la seguridad y los intereses del Estado, tanto en el ámbito externo como interno. Es interesante observar que, entre las posibles amenazas en el plano externo, reconoce “las que podrían surgir de crisis en función de escasez de recursos naturales de valor estratégico, tales como recursos vitales, lo que nos lleva a suponer que se estaría previniendo, por ejemplo, la protección de las fuentes de agua de la Amazonia, hoy consideradas como las principales reservas de agua del planeta. Asimismo, identifica explícitamente como una amenaza interna la depredación del medio ambiente.

En el Libro Blanco del Perú, se manifiesta el interés por involucrar a la sociedad civil en el tema de la seguridad nacional. Dentro de las 31 políticas de estado, la novena, sobre seguridad nacional, desarrolla el compromiso de la sociedad en su conjunto, al lado de los organismos del Estado, para afrontar las amenazas contra la paz, la seguridad o el bienestar general. Enuncia los objetivos de la defensa nacional: Mantenimiento de la independencia, soberanía, integridad territorial y defensa de los intereses nacionales; fortalecimiento del sistema político democrático; condiciones económico estratégicas que aseguren la paz, integración y prosperidad; y menciona el desarrollo de una flota mercante nacional - -que hoy no existe-; fortalecimiento de la conciencia e identidad nacional, protección y promoción de los intereses nacionales en el ámbito internacional, con medidas tales como organizar las colonias peruanas en los países extranjeros, afianzar su identidad y orientarlas en provecho de los intereses nacionales; fomentar la confianza mutua con los estados vecinos; establecer las fronteras marítimas.

Otras medidas que se plantean dentro de estas políticas, se propone reestructurar el Sector Defensa con el fin de disponer de FF.AA. modernas y eficientes; el fortalecimiento de las relaciones civiles militares y el fomento de la participación activa de la sociedad civil en el logro de los objetivos de seguridad y defensa.
Con la publicación del Libro Blanco, el Perú da un significativo paso de apertura hacia la transparencia y confianza en las relaciones con los estados vecinos. Este sinceramiento alcanza también a la sociedad civil, a la que por primera vez hace participe de las políticas de seguridad y defensa nacionales. Esta intención se vio manifiesta desde que el primer borrador el libro fue materia de consulta con la ciudadanía, vía las páginas de Internet. Y es que el tema de la seguridad y defensa son de interés común nacional, por lo que se infiere que la ciudadanía es el interlocutor natural de las fuerzas armadas para plantear sus políticas enmarcados dentro de los objetivos nacionales.

sábado, 9 de junio de 2007

Cóndores del mar: Historia de la Aviación Naval

Carlos Cueva Arévalo

Cuando el 9 de diciembre de 1919 se creó el nuevo Ministerio de Marina como una entidad independiente del ministerio de Guerra, en la nueva organización se contempló el establecimiento del Servicio de Hidroaviación. El presidente Augusto B. Leguía tenía ya un claro concepto de la importancia de la marina de guerra para la seguridad nacional; asimismo, captaba que la aviación, después de la Primera Guerra Mundial, se erigía como la moderna arma que revolucionaba el concepto de la guerra moderna, complementaba y hasta se hacía imprescindible para el poder naval. Se formó el cuerpo de aviadores navales con el hijo del presidente; Juan Leguía Swayne como jefe del servicio de Hidroaviación. El 12 de mayo de 1920 ingresó la primera promoción de aviación naval, constituida pe 12 oficiales de Marina y dos alumnos civiles. El local se instaló en el puerto de ancón, al norte de Lima, y cuando el 27 de enero de 1921 se inauguraba, contaba con 12 aeronaves, de las entonces conocidas como “botes voladores”. El 12 de may se graduaba esta primera promoción de aviadores navales. Después de un periodo de recesión de la escuela, y dentro de los alcances del convenio con la Misión Naval Americana en el Perú, se contrató un oficial de la aviación naval de EE.UU. para reorganizar el servicio de hidroaviación con la misma concepción técnica y organizativa de la marina de guerra americana. El oficial designado fue el Lt. Cdr. USN Harold B. Grow. A partir de este momento la aviación naval adquiere una definida presencia en la marina de guerra peruana. Se adquirieron tres hidroaviones Boeing HS-21. El entrenamiento y preparación académica de los alumnos era similar a la que se daba en la escuela de Pensacola de la aviación naval americana, con una estricta disciplina y un claro concepto del cumplimiento del deber que definía la mística del cuerpo de aviación naval.
Un acápite interesante del libro es el referido a la actuación de la aviación naval en la Amazonía peruana, en el periodo de 1927 a 1929. Refiere también sobre la unificación de los servicios aéreos, de 1929 a 1933; el interregno de 1933 a 1963, en el que sustenta la necesidad de que la Marina de Guerra del Perú cuente con una eficiente aviación naval; el servicio aeronaval entre 1963 y 1966; la escuela naval de San Juan de Marcona, de 1966 a 1977; el servicio aeronaval como fuerza operativa , de 1977 a 1991; los nuevos escenarios y desafíos ad portas del nuevo milenio: una crónica actual; y sobre el personal: el espíritu de la aviación naval. Están registradas las aeronaves que han constituido la fuerza a través de su vida institucional, con una relación descriptiva de cada una de las unidades.